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Bosch en Argentina

Agricultura sostenible: cómo producir alimentos para el mundo y preservar el medio ambiente

Agricultura sostenible
Agricultura sostenible

  • De vez en cuando aparece alguien y dice que habrá escasez de alimentos en el mundo.
  • La primera persona famosa que defendió esta idea fue el economista británico Thomas Malthus (1766-1834): el crecimiento de la producción, decía, no sería suficiente para compensar el crecimiento de la población.
  • La más reciente celebridad en abrazar esta tesis fue el villano intergaláctico Thanos, de la película Los Vengadores, de Marvel: para él, el universo es finito, los recursos son finitos, así que el único camino es enfrentarse a los superhéroes y exterminar a la mitad de la población.

Malthus estaba equivocado y Thanos, más aún. La evolución tecnológica ha catapultado la producción agrícola.

El avance de la educación hizo que el número de habitantes creciera mucho menos que antes, pero sin embargo, algunos desafíos recientes han despertado el fantasma de Malthus:

La población crece más lentamente, pero se alimenta mejor (una excelente noticia que implica, sin embargo, mayor demanda de la agricultura).

Al contrario de lo que ocurría en épocas anteriores, hoy en día hay menos gente trabajando en el campo que en las ciudades.

La actividad agrícola no puede agravar la crisis climática. Tiene que ser sostenible: sin deforestación y sin dañar los cursos de agua.

¿Estamos preparados para estos desafíos? Esto es lo que veremos en este artículo. Comentario: sí, lo somos, pero para ello necesitaremos cada vez más tecnología en ese campo.

La población crece

Menos personas trabajando en el campo

La tarea de aumentar el cultivo y la cosecha tendrá que llevarse a cabo con menos personas. El número de agricultores viene disminuyendo desde hace ya algunas décadas. A principios de la década de 1990, el 43% de los trabajadores se empleaban en zonas rurales, según la FAO y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Menos personas trabajando en el campo

Menos áreas disponibles

En los últimos 30 años, la superficie ocupada por bosques en el planeta ha disminuido algo menos de un 2%, aunque sigue siendo el principal tipo de uso del suelo, según la FAO. Las áreas con menor cobertura vegetal también disminuyeron (1%).

En décadas y siglos anteriores, el declive fue aún más intenso, especialmente en los países europeos. El espacio ocupado por áreas agrícolas y pasturas aumentó (3% y 2%, respectivamente). En ocasiones, este aumento se produjo en detrimento de los bosques, con deforestación para abrir campos de cultivo y, sobre todo, de pastos.

menos areas disponibles

Esto ya no puede ser así. El cambio climático ha hecho más frecuentes las lluvias muy fuertes, las sequías muy severas y los días muy calurosos. La pérdida afecta a todos, incluida la producción agrícola.

En estos tiempos, la agricultura sostenible se vuelve aún más esencial. El aumento de la producción deberá realizarse sin impactar los bosques y áreas de conservación.

El papel fundamental de Argentina y Brasil

Brasil y Argentina serán esenciales para que la humanidad supere el triple desafío de alimentar a más gente, con menos trabajadores en el campo y sin deforestación. Ambos países “son los mayores productores de varios cultivos”, destaca Mathias Schelp, de Bosch. La agricultura argentina puede alimentar a aproximadamente 400 millones de personas. Esta posición está vinculada a varios factores:

    • Tenemos un vasto territorio
    La superficie agrícola de Argentina, que incluye tierras destinadas a cultivos anuales, asciende a aproximadamente 40 millones de hectáreas. Las principales provincias productoras son: Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba.

    • Nuestro clima es favorable
    Argentina cuenta con condiciones climáticas favorables para la agricultura, especialmente en la región pampeana, donde la influencia de El Niño y el clima templado permiten el desarrollo de una amplia gama de cultivos.

Nuestro clima es favorable

En Argentina, diversas instituciones llevan a cabo la investigación agrícola, incluyendo el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), universidades y centros de investigación. Esta investigación tiene un impacto significativo en la producción de alimentos, en la competitividad del sector agropecuario y en la seguridad alimentaria del país. Los resultados se aplican en la práctica, por ejemplo mejorando la eficiencia de los procesos productivos, la calidad de los productos y la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.

Utilización de tecnología de vanguardia

Utilización de tecnología de vanguardia

Argentina se encuentra a la vanguardia en tecnología agropecuaria, especialmente en agricultura de precisión, utilizando herramientas como geolocalización, sensores, drones, e inteligencia artificial.

Prácticas de agricultura sostenible

La agricultura sostenible se practica cada vez más en el país, como por ejemplo haciendo hincapié en la conservación del suelo, la eficiencia en el uso de recursos y la reducción del impacto ambiental. Prácticas como la siembra directa, la rotación de cultivos, la agroforestería y el uso de tecnologías de precisión son clave para lograr una producción cada vez más sostenible.

El papel fundamental de la tecnología

El papel fundamental de la tecnología

El viejo temor que no habría forma de alimentar a una población creciente se ha disipado, principalmente debido a los avances tecnológicos. La mecanización de la agricultura y el mejoramiento genético a lo largo del siglo XX aseguraron un aumento de la producción. No será diferente en el siglo XXI. El triple desafío (producir más, producir con menos gente y sin deforestar) debe superarse con el apoyo de la tecnología.

La tecnología no es solo un producto complejo, con electrónica. La tecnología también es la aplicación de las mejores prácticas agronómicas para una región determinada. La tecnología también contempla el ciclo completo y toma la mejor decisión sobre qué semilla plantar en esa región, evaluando qué cultivar o cultivo tiene el mayor potencial

afirma Schelp, de Bosch.

Tecnología para hacer más con menos

Un tipo de avance que será decisivo en la producción sostenible de alimentos es la agricultura de precisión, o agricultura inteligente, precisamente uno de los enfoques de Bosch en el sector agrícola. Se trata de hacer la mejor aplicación posible de los insumos.

No se trata de programar equipos para que simplemente esparzan fertilizantes, semillas o herbicidas sobre el cultivo a diestro y siniestro, como se hace en la mecanización básica. En la agricultura inteligente, la distribución es variable.

“El productor decide cuánto poner en una superficie determinada de suelo”, explica Schelp. Un proyecto de Embrapa y Bosch aumentó la productividad en un 8% en una plantación de soja y en un 3% en una de algodón al distribuir semillas según las características de cada parte del terreno. “Se utilizan menos insumos, menos semillas y se produce más”, resume el vicepresidente de Agricultura Inteligente.

Bosch junto a un joint venture con BASF llamada One Smart Spray, ha desarrollado un sistema que escanea el cultivo y detecta las malas hierbas. “Solo aplica herbicida si hay malezas. Esto reduce el uso de insumos y aumenta la productividad”, dice Schelp.

one smart spray

Tecnología para reducir el uso del agua

La productividad del agro depende hasta en un 80% del agua en nuestro país. Se trata de un recurso natural renovable, escaso e indispensable para la supervivencia de todos los ecosistemas y fundamental para producir alimentos.

Especialistas del INTA subrayan la importancia de gestionar el agua para aumentar la eficiencia y la productividad de los sistemas en escenarios contrastantes.

Para esto, recomiendan prácticas de manejo que mejoren la capacidad de captación y almacenaje de los suelos, eviten la evaporación directa y optimicen las prácticas de manejo de cultivos, tales como rotaciones, fecha y densidad de siembra, cultivos de cobertura y nutrición.

En este sentido, la agricultura de precisión tiene mucho que aportar: al reducir el uso de insumos, también reduce la degradación del agua. A través de él es posible realizar pulverizaciones localizadas y riegos localizados, aplicando la cantidad necesaria.

Aunque la desnutrición es menor que en el pasado, muchas personas todavía pasan hambre: 733 millones de personas. Pero esto no se debe a la falta de alimentos: el mundo produce un 24% más de lo necesario para alimentar a toda la población, según la FAO.

Tecnología para reducir pérdidas

Esta discrepancia entre abundancia en la producción y escasez para una parte de la población tiene varias raíces, especialmente desigualdades sociales y económicas. También existen problemas de logística y pérdidas, y la tecnología puede desempeñar un papel más directo en ellos.

Porcentaje de pérdidas/desperdicios de alimentos, por grupos de productos y etapas de la cadena en América Latina.

Los recientes avances en agricultura inteligente permiten reducir las pérdidas en distintas etapas, como la siembra y la cosecha. Como ejemplo: La cosecha realizada por la mañana da como resultado una paja más pesada, debido a la humedad o al rocío de la mañana.

Cuando el día se calienta, la humedad se evapora y la paja se vuelve más ligera. Antes, el operador de la cosechadora tenía que bajar y ajustar la máquina al amanecer. Había muchas pérdidas. La misma trayectoria de las máquinas causaba pérdidas significativas.

Hoy en día, las máquinas controlan la humedad del grano cosechado y las pérdidas.
Tecnología para reducir pérdidas

Tecnología para producir de forma sostenible

  • Los avances que permiten producir más alimentos en el mismo espacio ayudan a evitar la expansión de la agricultura hacia las zonas forestales. La agricultura inteligente, al aumentar la productividad, permite abastecer los mercados sin tener que talar árboles.
  • Una contribución decisiva a la sostenibilidad es la integración de cultivos, ganadería y bosques. Este método reduce la deforestación al hacer más productivas las áreas ya utilizadas, donde la expansión de la agricultura y la ganadería todavía causa pérdida de bosques.
  • Otra gran ventaja de la integración es la recuperación de pastos degradados. Los pastos buenos, de alta calidad y con alto contenido proteico secuestran carbono y producen más carne por hectárea.

Para superar el triple desafío, es necesario hacer llegar los distintos tipos de mejoras tecnológicas a las pequeñas y medianas propiedades. “Bosch está empezando a producir sistemas de siembra de velocidad variable para máquinas más pequeñas, más accesibles para los pequeños y medianos productores”, afirma Schelp. “A medida que las tecnologías se adopten a gran escala, también serán más accesibles para este mercado”, concluye.

De América Latina para el mundo

En 2025, Bosch América Latina asume las operaciones de desarrollo y fabricación de tecnologías de agricultura inteligente para el Grupo Bosch en todo el mundo, centrándose en soluciones de siembra, fertilización y pulverización a través de la automatización y la digitalización.

De América Latina para el mundo

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